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Sol, 26 años. Diseñadora gráfica.

Actualizado: 26 abr 2020

"Hace casi dos años cuando entré a trabajar donde lo hago actualmente, fuí a una fiesta que hicieron los compañeros. Siempre he sido muy "rumbera"; me encanta compartir con amigos y estar con el corazón contento. Estando en la fiesta luego de un rato llegó un compañero con un primo; apenas vi a ése chico me llamó la atención. Lo más chistoso de todo es que jamás pensé en darle una oportunidad a alguien así; pues el chico (Camilo), era muy diferente a lo que de pronto yo hubiese tenido en mi mente. Luego de una rato él se acercó a mí y empezamos a hablar; para ser diferente a lo que creía que me gustaba era un poco intrépido y eso me resultaba fascinante.

Me la pasé la noche entera hablando con él y ambos quedamos con el número del otro. Pasados los días empezamos a salir; íbamos a comer, salíamos con amigos e íbamos a fiestas juntos. Después de compartir tanto en tan poco tiempo él me pidió que fuéramos novios. Para ser sincera yo jamás; JAMÁS, he sentido ganas de tener novio, la verdad siento que me asusta demasiado y por otro lado siempre he amado la libertad que me otorga la soltería; más sin embargo otra parte de mí; aunque una muy pequeña, quería intentarlo. Así que decidí jugármela por esa pequeña parte.

Él me llevó a su casa, conocí su mamá y su familia, luego de unas semanas decidí presentarle la mía. Todo iba muy bien, la verdad tan bien que no parecía que fuese cierto...

Pasados unos meses él empezó a comportarse un poco diferente. Me citaba para que nos viéramos y antes de salir me cancelaba el plan; me decía que no podía, que se le había presentado algo. Así muchas veces más, cada vez más seguido y siempre me inventaba mil y una excusas.

Un día su mamá me llamó y me preguntó si sabía algo de Camilo, me dijo que llevaba dos días sin verlo. Dos días antes me había dejado plantada, así que yo decidí no hablarle hasta que él me buscara o algo así; pero dada la circunstancia pensé lo peor.

Empecé a llamarlo como una loca, le enviaba mensajes; su madre me había escrito a eso de las 2:00pm yo paré todo mi trabajo inmediatamente para lograr comunicarme con él, estaba pensando lo peor en ése momento. Salí del trabajo, manejé algo angustiada de regreso a casa, le conté a mi hermana todo lo que había venido pasando a cerca de sus desplantes, de la pelea, de la llamada de su madre, y estaba a punto de colapsar; recuerdo que más a menos a eso de las 10:00pm apareció!.

- "Hola Sol, ¿Cómo estás?

- Hola Camilo, ¿Estás bien? estaba muy preocupada. Tu mamá me llamó también preocupada pensando que algo te había pasado, que no te vé hace dos días...

- " No Sol, yo he estado aquí, sólo que mi mamá no me había visto..."

- ¿Cómo así? cómo me vas a inventar eso. Necesito que hablemos.

- "Ok Sol. Mañana nos vemos..."

Yo lo noté súper raro y supe que algo pasaba. Cuando nos vimos él me dijo exactamente lo mismo y yo como una boba le creí. Ya para ése momento de la relación yo me sentía muy enamorada.

Pasaron unos días y otra vez volvió a dejarme plantada, pero yo no me quedé con esa y fuí a su casa. Cuando llegué su mamá me dijo que no estaba, hablamos y ella también se notó muy preocupada, pues "su" Camilo andaba muy raro.

Pasaron casi tres días sin ninguna de las dos saber algo de él. Cada vez que desaparecía inventaba la misma excusa.

Un día saliendo de la casa de Camilo me encontré una ex-compañera del colegio que vivía cerca de su casa y hablando llegamos al tema de los novios. Le conté que mi novio vivía por ahí y ella me preguntó que ¿Cómo se llamaba?, yo le conté y ella me esquivó la mirada e hizo un gesto poco alentador. Yo le pregunté que qué pasaba y ella me dijo tal cual:

- Sol, yo no soy nadie para venirle con chismes, y menos en algo que no me corresponde. Pero Sol, yo he visto que Camilo va a fiestas de días y lo he visto drogarse en ellas hasta tales puntos que queda como un zombie. Tal vez usted no me crea, y está en todo su derecho; pero yo no tengo porqué mentirle y si le cuento es porque fuimos compañeras de estudio y te aprecio mucho...

Yo quedé en shock por dentro. Todas las piezas cuadraban.

Le respondí muy cortante diciéndole que tenía que irme porque ya era tarde.

Al día siguiente; Camilo sin aparecer, fuí a hablar con su mamá y le dije lo que me habían contado, pues la verdad no tenía porqué dudar de la persona que me lo había dicho. Su madre me corroboró que ella le había encontrado drogas a él en su ropa cuando iba a lavarla.

Salí de esa casa destruída. Con los ánimos por el piso. No podía creer estar viviendo ése infierno.

Cuando Camilo apareció le dije que necesitaba que nos viéramos.

Nos vimos y lo encaré. Le dije que sabía todo, sabía porque se perdía tantos días y no aparecía, sabía que estaba consumiendo y que la verdad yo no podía con eso.

Quería cortar de raíz todo lo que me atara a él.

Él empezó a llorar

Me dijo que no quería que lo nuestro acabara, que todo era verdad. Pero que él me amaba y que de verdad quería hacer bien las cosas. Ambos lloramos, hablamos de los problemas, de la vida, de lo que queríamos. De los sentimientos. Decidimos darnos una oportunidad para luchar por la relación.

No fué suficiente. A la siguiente semana volvió a perderse... Él luego de sus "giras" me buscaba, decía que me amaba, que iba a cambiar, pero nada era cierto; el "tusi" y el "perico" controlaban su vida.

Terminamos y sin embargo seguía llamándome y escribiéndome. Desaparecía por días y luego volvía a buscarme para tratar que habláramos. La verdad yo sólo empecé a ignorar sus mensajes.

La última vez que supe de él, fué un mensaje que me escribió donde decía que amaba y que gracias por todo..."



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