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  • Foto del escritorLira

Marina, 53 años. Habitante de calle.

" Cuando me fuí a vivir con mi marido estaba muy joven. Él se enamoró de una prostituta de un bar; mantenía allá bebiendo. Después de unos meses ella empezó a llamarlo a la casa, le enviaba razones, etc.

Un 31 de diciembre me fuí donde mi mamá a darle el feliz año. Después de caminar como media hora me entró un desespero por devolverme a la casa y ¿Sabe qué?; preciso. Mi marido estaba encima de ella en mi propia cama! En mi propia casa!. Yo no estoy en la cárcel gracias a guerrillero que se vino detrás de mí, él impidió que yo cometiera un crimen; porque cuando yo ví eso, me fuí para la cocina y cogí un cuchillo grande que tenía para darles a los dos; cuando levanté la mano el guerrillero me la retuvo.

Cómo viviría usted con ese pensamiento diario?, con eso en la mente. Eso lo mata a uno...

Yo pienso es eso a toda hora.

Por esa razón yo ya no consigo marido. El marido mío es mi perrita; es la única que me es fiel.

Después de eso yo entré en una depresión. Bebía todos los días hasta el punto que sentía que la pena me iba a matar en vida. Necesitaba algo más fuerte que me ayudara a no enfrentarme a la realidad. Hasta que entré en el mundo del vicio. Vendía todo lo que tenía cuando se me acababa el efecto y así me fuí quedando sola, sin nada; sin ni siquiera mi familia. Ya no confiaban en mí, y con justa razón. Yo me llevaba cosas de la casa para venderlas y poder drogarme.

Una vez me rehabilité, estuve limpia unos meses después de salir; pero eso siempre vuelve y lo arrastra a uno y la tristeza no se va. La única compañía mía es mi perrita, si a ella le pasa algo yo me muero, se convirtió en mi todo".



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